El Bulbophyllum pardalotum es una orquídea epífita única, reconocida por sus llamativas flores amarillas con un patrón moteado de manchas rojas o marrones, que recuerdan a las marcas de un leopardo. Esta especie proviene de las regiones tropicales del sudeste asiático, donde prospera en ambientes húmedos y sombreados. Las flores son pequeñas pero muy distintivas, con pétalos y sépalos que se curvan de manera elegante. El cultivo del Bulbophyllum pardalotum requiere condiciones específicas: alta humedad, luz indirecta brillante y temperaturas cálidas, similares a su entorno natural. Prefiere un sustrato bien drenado y un riego regular, evitando que el sustrato se seque por completo. Además, una buena ventilación es esencial para prevenir problemas de hongos. Esta orquídea es una excelente opción para los coleccionistas de plantas exóticas debido a su belleza inusual y su patrón floral distintivo. Perfecta para aquellos cultivadores que buscan una planta rara que se destaque en cualquier colección de orquídeas.
Cuidados de Bulbophyllum pardalotum
Luz: Bulbophyllum pardalotum requiere niveles de luz de 15000-23000 lux. La luz debe ser filtrada o difundida, evitando la exposición directa al sol. Es importante proporcionar una ventilación constante.
Temperatura: La planta es moderadamente termófila. En verano, la temperatura diurna promedio es de 29°C, nocturna de 21°C, con una diferencia diaria de 8°C. En invierno, la temperatura diurna es de 15-18°C, nocturna de 6-9°C, con una amplitud diaria de 7-9°C.
Humedad: Esta especie requiere una humedad del 80-85% la mayor parte del año. En invierno y al final de la primavera, baja al 75%.
Sustrato, medios de cultivo y trasplante: Se cultivan en macetas o canastas poco profundas con sustrato suelto y de secado rápido, como perlita o musgo de esfagno mezclado con corteza fina o media. Se requiere excelente drenaje y sustrato aireado alrededor de las raíces.
Riego: Durante el crecimiento activo, mantener el sustrato constantemente húmedo pero sin empapar. Asegurar una buena aireación alrededor de las raíces. Reducir gradualmente el riego a fines de otoño.
Fertilizante: Durante el crecimiento activo, aplicar 1/4-1/2 de la dosis de fertilizante recomendada semanalmente. Utilizar un abono equilibrado con NPK a partes iguales o un abono rico en nitrógeno en primavera-verano y rico en fósforo en otoño. Regar antes de fertilizar para evitar quemaduras de las raíces.
Periodo de descanso: En invierno, permitir que la planta se seque ligeramente antes del próximo riego, evitando que se seque por mucho tiempo. Rociar las plantas temprano en la mañana para evitar un secado excesivo. Reducir o eliminar la fertilización hasta que aparezcan nuevos crecimientos y se reinicie el riego.
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