Es uno de los helechos más hermosos que existen y, también, de los más sencillos de cuidar. La belleza del Phlebodium Blue star radica en la singularidad de sus frondosas hojas. No solo son sumamente atractivas por la singular ondulación natural que recuerda, de alguna manera, a las olas del mar. Además hay que sumar que su colorido, con reflejos azulados y plateados, hace que sea difícil dejar de mirar a una de esas plantas de interior capaces de decorar con su mera presencia.
Aunque es originaria de las selvas de Centroamérica y el Caribe, este helecho es un oscuro objeto de deseo para los amantes de las plantas de Europa y no solo por su belleza. Además, es una elección perfecta si en nuestra casa hay animales o niños. No es tóxica, por lo que podremos disfrutar de ella sin preocuparnos de más.
Así que veamos qué necesita el Phlebodium Aureum davana para desplegar su singular belleza. Porque esa es otra de sus bondades: que su nivel de exigencia es bajo por lo que, incluso, puede ser la planta ideal para quienes se inician en la jardinería.
1.Buena luminosidad, el punto de partida de sus cuidados
Que no nos equivoquen sus orígenes. A pesar de proceder de las selvas sudamericanas, esta especie vegetal no tolera el sol directo. De forma natural, suele crecer suspendida de los árboles y recibe la luz tamizada a través de su follaje.
Por ello, lo idóneo es buscarle siempre un espacio luminoso en el que nuestra planta pueda estar en sombra o semisombra. Un terrario tropical de tamaño medio seria una opción fabulosa
2. Temperatura cálida, fundamental para el Phlebodium Blue star
Como buena planta tropical, necesita estar en un espacio con temperaturas cálidas. Razón por la que tiene que cultivarse en interior en nuestras latitudes. El calor propio del interior de nuestra casa es el ideal para él, pero con ciertas salvedades. Por un lado, es importante no exponerlo a corrientes de aire.
3. Riego regular y sin excesos, importante
El que es, sin duda, el cuidado más delicado de este maravilloso helecho. Si bien es una planta amante del agua, hay que leer la letra pequeña. Agradece el sustrato siempre ligeramente húmedo, pero los encharcamientos o excesos de riego son su gran enemigo.
4. Humedad ambiental, vital para su bienestar en meses cálidos
Volvemos sobre nuestros pasos: es una planta de origen selvático. Por ello, la humedad ambiental no debe faltar en su cultivo especialmente si vivimos en un clima seco, y en meses cálidos.
Si disponemos de un humidificador, no tendremos que preocuparnos. De no tenerlo, tendremos que pulverizar sus hojas con agua blanda o de lluvia. También podemos crearle una atmósfera húmeda, colocando un bajo plato con agua que siempre esté separado de la base de la maceta.
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